El sistema, es muy hábil en su relato y en la manipulacion de los conceptos mentales de la población, además tienen los todos los medios y recursos para hacértelo llegar a su medida y al volumen que estimen oportuno. Apaga la tele y te liberarás de esa fuerza limitante y opresora.
Cualquier cosa que le moleste y haga pensar a la población en otra posibilidad que le aleje del pensamiento que quieren imponer, sean personas, ideas, datos, movimientos… es tratado en varias fases «de derribo» que aplican a cada tipo de «amenaza» para sus planes, según sea persona, información, idea o movimiento.
La que vamos a exponer en este post se aplica a las informaciones incómodas para el sistema sobre el coronavirus y su gestión y a los grupos que las difunden y lo hacen mediante el etiquetado, la ridiculización y la siembra del miedo sobre el peligro que supone escuchar esa información.
Date cuenta que estas estrategias siempre tratan de limitar tu conocimiento para evitar que pienses por tí mismo con una información ampliada, es decir, «alguien» piensa y decide por ti lo que te conviene saber y lo que no, te tratan como un niño que no tiene capacidad de discernir entre la verdad y la mentira. Para atarte y afianzarte a sus relatos , siempre utilizan su comodín, el miedo..
La primera estrategia está en reducir a la mínima expresión todo el concepto con una etiqueta depreciativa para que hasta el más tonto del pueblo sea capaz de repetir, no solo sin ruborizarse, sino que, estando en el otro lado del etiquetado, se alza en una posición superior. ¿A qué tonto no le gusta colocarse en esa posición con tan poco esfuerzo?
Esto se resume en el 5º principio de propaganda del nazi Goebbels, el principio de la vulgarización, que saben muy bien que funciona y lo utilizan constantemente y que dice así:
De este principio sale el etiquetado, en este caso que aquí trato, negacionistas, antivacunas, antimascarillas…
Cualquier información emitida por cualquiera que ofrezca datos en contra de la versión oficial y pueda hacer pensar a la gente, por muy fundamentada que esté, provenga de una eminencia médica o científica o cualquier otra persona, grupo de personas o personajes populares con capacidad de llegar a una gran cantidad de público, es peyorativamente atacada por el sistema.
Es decir, cualquier cosa capaz de hacer el suficiente ruido que pueda turbar sus planes, hay que etiquetarlo, ridiculizarlo y hacerte pensar que es peligroso para ti que exista ese tipo de gente con esos pensamientos, eso les permite alejarte de que prestes atención a esa versi´ón y te dan unas migajillas de información manipulada para que te autoconfirmes de que tu postura es la correcta y la que respalda la oficialidad.
Misión cumplida, solo hay que sostenerla y derribarla en toda su extensión. El más tonto del pueblo, hasta les ayudará activamente a ello.