Esta declaración es de principios de la pandemia, donde este experto virólogo, director del Instituto Nacional de Enfermedades Alérgicas e Infecciosas de EEUU (como el «Simón» de España) daba su opinión real, científica, comprobada durante toda la historia de la humanidad.
Más adelante, cuando la pandemia tomó su vertiente política, no sanitaria, empezó a decir que sí que contagiaban, sin estudios que lo demuestren para poder tener una base sobre la que aplicar todas las medidas irracionales de obligatoriedad de las mascarillas, justificar los rebrotes (todos de personas sanas con PCR positivo) e implantar la agenda manteniendo el miedo en la población y alargando la pandemia hasta conseguir su primer fin, la vacunación.
Sin el concepto de asintomáticos que contagian, no podrían sostener esta mentira, por eso cambian de opinión, aun en contra de la ciencia y la experiencia.